¿Qué tipo de docente quiero ser yo?


Llevo siendo alumna de mis profesores desde que mis padres me llevaron por primera vez a la escuela con 3 añitos. He tenido profesores estupendos y otros que no lo han sido tanto, pero gracias a todos ellos hoy en día estoy estudiando Magisterio de Primaria; para ser maestra en un futuro, pues estoy decidida a dejar en mis futuros alumnos la misma que dejaron mis mejores profesores en mi…
Como alumna y futura maestra tengo muy presentes una serie de ideas y principios en mi cabeza que espero no olvidar en ningún momento; los niños no son robots que programaremos a nuestro gusto para que actúen en consecuencia, son pequeñas personitas que sienten, viven y aprenden del mismo modo que lo hacemos los adultos, debemos escucharles y aunque el currículum pueda ser importante, más importantes son ellos como personas individuales así que tendré que conocerlos e intentaré sacar lo mejor de ellos mismos por muchos quebraderos de cabeza que me pueda dar hasta llegar a conseguirlo.
Coincido con César Bona y su idea de que “la vocación es importante pero la actitud lo es todavía más”. Recuerdo a mi profesora de historia en mi último año de bachillerato… ella estaba a punto de jubilarse y deseaba hacerlo cuanto antes; no disfrutaba de su trabajo como debería hacerlo, llegaba a clase con cara de cansada y amargada, nos leía el libro tal cual la parecía conveniente tratando de acabar la clase cuanto antes y se marchaba; así que odiaba cuando llegaba a casa y me tocaba estudiar su asignatura. Terminó el segundo trimestre y vino un profesor joven como sustituto… éste nos transmitía los contenidos con vídeos, presentaciones PowerPoint, nos motivaba con trabajos y la asignatura que no me había gustado nada estudiar durante los dos trimestres anteriores se había convertido en una de mis favoritas. No dudo que mi profesora fuera vocacional ni que hubiera empezado con muchas ganas su carrera, pero con el paso de los años perdió la actitud al llegar a clase y eso sin darse cuenta nos influía a los treinta alumnos que éramos escuchándola.
Otra de las cosas que comparto con César Bona y su forma de educar es que para tener una sociedad mejor debemos empezar por abajo, desde la escuela, instaurando en ella una base, el respeto, ya que los niños son el futuro y para poder hacer de ellos buenas personas debemos hacer que tengan ese valor muy presente en sus vidas.
Además, debemos explotar sus potenciales, debemos despertarles curiosidades y dejarles se personas creativas; que la idea de “la letra con sangre entra” se borre y aparezcan otros medios más divertidos, llamativos y entretenidos que les hagan aprender igualmente; pero bajo ningún concepto debemos robarles su esencia.
Y este es, el tipo de docente que quiero ser yo el día de mañana en mi aula.

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